Langreo recuerda a los "esclavos" de las minas: las colonias penitenciarias, un negro episodio de la dictadura

Una conferencia y un homenaje rememoran el lugar donde estuvo el "campo de concentración" del Fondón, activo casi dos décadas

El descubrimiento de la placa que recuerda a los represeliados en la colonia penitenciaria del Fondón, en Langreo.

El descubrimiento de la placa que recuerda a los represeliados en la colonia penitenciaria del Fondón, en Langreo. / Luisma Díaz

Luisma Díaz

Luisma Díaz

Langreo recordó este sábado una de las páginas más negras de la historia reciente de España, y una de las menos estudiadas: las colonias penitenciarias, "campos de concentración" para "presos políticos", en los que los reos trabajaban para reducir sus penas, en beneficio de una empresa y para descargar al Estado de su mantenimiento en las cárceles, "auténticos esclavos modernos". El acto de homenaje a las personas que pasaron por la colonia penitenciaria del pozo Fondón, en Sama, puso punto y final a la celebración de las jornadas "Abril republicanu", organizadas por el PC de Langreo. La historiadora Mónica García arrojó luz sobre estos sucesos, sobre los que invitó a "investigar" usando el Archivo Histórico de Hunosa, donde se guardan documentos de las empresas que usaron a los presos como "mano de obra" prácticamente esclava.

Mónica García, la primera por la izquierda, junto a Javier Vidal, Roberto García, Zoraida Hijosa y Enrique Santiago.

Mónica García, la primera por la izquierda, junto a Javier Vidal, Roberto García, Zoraida Hijosa y Enrique Santiago. / Luisma Díaz

García indicó que "las colonias penitenciarias son un programa que se puso en marcha en España en 1939. La idea era que esa cantidad de reclusos que había, sobre todo políticos, más de 280.000, se pusieran a trabajar, fueran mano de obra". Este programa usó "a estas personas para hacer carreteras, pantanos. En Asturias, como las empresas necesitaban sacar mucho carbón, eran los años de la autarquía, se trajo para aquí a presos". Eran "una especie de campos de concentración, estos reclusos trabajaban, redimían parte de sus penas, y a las empresas le venía muy bien porque parte de la remuneración del trabajador se la quedaban", explicó la historiadora.

García hizo un llamamiento a historiadores y familias a estudiar toda la documentación existente, ya que se trata de un ámbito muy poco analizado y estudiado. "Queda mucho por estudiar. En el Archivo Histórico de Hunosa ponemos a disposición todos estos documentos, a quien quiera. Se trata de un tema polémico, desgarrador, triste, se ve el adoctrinamiento y el control al que se quiso someter a estos presos. También a sus familias, que estaban vigiladas en todo momento, para que se comportasen "adecuadamente", según los cánones de los dirigentes de la época".

Las colonias funcionaron de forma efectiva entre 1941 a 1960. Solo en el valle del Nalón, indicó García, "hubo en los pozos Fondón, Mosquitera, San Mamés y el Samuño. Por ejemplo, en Mosquitera, había unas 180 personas, unas 100 en San Mamés". Otro centenar eran las que estaban en el Fondón, gente a la que se homenajeó con el descubrimiento de una nueva placa situada junto a la glorieta de entrada a Sama de Langreo, el lugar que ocupaba entonces la colonia penitenciaria junto al pozo, que era propiedad de Duro Felguera, empresa que colaboró con la dictadura para "sacar provecho" a los presos.

En el acto de homenaje también intervinieron el alcalde de Langreo, Roberto García; la directora general de Memoria Histórica del Gobierno de España, Zoraida Hijosa y Enrique Santiago, diputado de Sumar y secretario general del PCE. El homenaje fue promovido por el PC de Langreo -Xandru López presentó el acto- y por la Fundación Domingo Malagón -cuyo director, Javier Vidal, también estuvo-. La música la pusieron las voces del Coro "Santiaguín". Todos los intervinientes cargaron duramente contra "los que quieren hacer olvidar 40 años de dictadura y represión" y pidieron "justicia" para la memoria de todos los represaliados.

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