Pablo Sainz Villegas: "La guitarra es el instrumento de la gente, el más democrático"

Ha viajado por más de cuarenta países y ha tocado en los principales teatros del planeta para llegar a la conclusión de que con su música puede cambiar el mundo, que una sola nota puede variar su entorno; eso es lo que ha definido la vida profesional y personal de Pablo Sainz Villegas, el prestigioso guitarrista que ayer ofreció la conferencia "La guitarra o el arte de inspirar" en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. El acto fue presentado por Manuel Ruiz de Bucesta, presidente del Instituto de Estudios históricos Bances y Valdés. Sainz Villegas ofrecerá dos conciertos con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, hoy en Gijón (teatro Jovellanos, 20.00 horas) y mañana en Oviedo (auditorio Príncipe Felipe, 20.00 horas).

El viaje musical de Pablo Sainz transcurre por el territorio de las emociones. Dice que cuando sale al escenario busca "compartir mis valores, mis emociones y mis raíces". Todos esos viajes por el mundo, hasta asentarse ahora en Nueva York, le han permitido precisamente "aprender de personas que tienen otros valores y otras raíces" y comprender que "en las diferencias está la oportunidad del entendimiento". Ése es su sueño: "Yo soy el ejemplo de que los sueños se cumplen, como se ha cumplido el mío de viajar por el mundo y conocer a personas de otras culturas y otros credos".

Unas culturas y credos que están en ocasiones separadas por fronteras y muros, como el de México y Estados Unidos. Allí, entre Tijuana y San Diego comenzó su proyecto "El legado de la música sin fronteras", tocando para 25.000 niños y logrando unir a las orquestas juveniles de esas dos localidades de México y Estados unidos, "que pese a estar separados por sólo 15 kilómetros no sabían unos de otros". Eso fue en 2006 y desde entonces Pablo Sainz intenta ofrecer conciertos didácticos en colegios allá donde va. "En la música no hay muros que puedan darte el alto", sentenció.

Esos muros, esas fronteras las sobrevuela el músico con su guitarra, "el instrumento de la gente, el más democrático" y que le permite "llegar a todos los segmentos de la población". Se remontó a la historia para demostrar que la vihuela, antecesora de la guitarra, "estaba en la calle con los trovadores, pero también en los salones de los reyes".

La guitarra permite a Sainz Villegas a cumplir su propósito como ser humano: "El de unir personas".