Pederastia

El pederasta de Valencia no podrá ser juzgado por los abusos a dos de sus víctimas al haber prescrito

“Mi sufrimiento no prescribe, que esté en prisión por otros casos para mí es como si se hiciera justicia por el mío”

El Juzgado de Instrucción 7 de Llíria acordó el ingreso en prisión del presunto pederasta.

El Juzgado de Instrucción 7 de Llíria acordó el ingreso en prisión del presunto pederasta. / IGNACIO CABANES

Ignacio Cabanes

El presunto pederasta de 69 años detenido el pasado lunes al día siguiente de confesar en el cuartel de la Guardia Civil de Llíria (Valencia) haber agredido sexualmente a cinco menores de su entorno a lo largo de cinco largas décadas eludirá cualquier tipo de responsabilidad penal por los delitos cometidos sobre dos de sus víctimas; su hermana - de la que él mismo confiesa que abusó cuando ella tenía apenas siete años y él 16 – y de su cuñada, desde los 14 a los 17 años.

Ambos casos ya habrían prescrito hace años y no podrá ser juzgado por los mismos. De hecho, los abusos sexuales a la hermana se remontan a los años 70, como ya publicó este periódico, mientras que los cometidos sobre su cuñada se produjeron entre 2001 y 2003.

Plazos de prescripción

Desde la última modificación de la ley para proteger a la infancia, el plazo de prescripción de los delitos más graves cometidos contra menores de edad empieza a contar a partir de cumplir la víctima los 35 años. No obstante, cuando se produjeron los abusos sexuales a su cuñada este plazo comenzaba a partir del día que la persona agredida alcanzaba la mayoría de edad. En este caso concreto ya habrían transcurrido 19 años y al tratarse de unos hechos delictivos cuyas penas en el momento de cometerse oscilaban entre uno y tres años de cárcel (al no haber acceso carnal) también llevarían tiempo prescritos.

“Mi sufrimiento no prescribe, para mí lo que me hizo no ha prescrito”, asegura esta víctima, que actualmente tiene 37 años. Eso sí, considera que llegado el día de juicio si se le condena por los otros tres casos de agresiones sexuales continuadas a menores, en parte también se estará haciendo justicia por los abusos que ella padeció siendo menor. “Que todo haya salido a luz y que esté en prisión por otros casos, para mí es como si se hiciera justicia por el mío”, confiesa visiblemente afectada.

Fuertes convicciones religiosas

Al trauma de haber sufrido agresiones sexuales siendo menores se suma, para al menos dos de las víctimas de este presunto depredador sexual de Llíria, el hecho de que en su día no fueran creídas por su propia familia. La nieta del pederasta encarcelado se lo contó a su madre - y pareja del detenido – hace tres años ya siendo mayor de edad y ésta no le hizo caso alguno. Ahora la mujer se arrepiente de ello, como confesó a Levante-EMV, del mismo grupo editorial, y alega que atribuyó estas acusaciones sobre su marido a una posible venganza de su hija al considerarla responsable de la ruptura del matrimonio de sus abuelos. “Siempre ha estado muy unida a su abuela”, argumenta. La denunciante, por contra, habla de que, debido a las fuertes convicciones religiosas inculcadas, le decían que debía perdonarlo.

A la cuñada del arrestado tampoco la creyó su hermana. “Si no me creían para qué iba a contarle los detalles”. Al no encontrar apoyo, la mujer evitaba todo lo que podía al presunto pederasta, hasta que un día lo sorprendió con su hija de un año encima de él, entre las piernas, en el camping en el que vivían. “Al verlo se me revolvió el estómago, sé las intenciones que tiene esta persona”. Rápidamente le quitó a la bebé y le dijo que no se le acercara nunca más.

La última víctima de este depredador sexual es una niña de ocho años, hija de unos amigos. La madre de la pequeña se enteró de las agresiones sexuales que había sufrido su hija en el verano de 2021 el pasado domingo cuando le telefoneó la pareja del arrestado para preguntarle por un episodio que ella recordaba y que atribuyó en su día a unas pesadillas. “Ese fue mi regalo del día de la madre”, confiesa destrozada la madre de la única víctima que todavía es menor de edad.

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